Hungría se adelantó hoy al resto de países que integran la Unión Europea (UE) al aprobar el uso de la vacuna Sputnik V, de fabricación rusa, mientras el resto del bloque alterna medidas para intentar contrarrestar el avance del coronavirus y sus nuevas variantes que amenazan ser más mortíferas.
«El Centro Nacional de Salud Pública completó los estudios formales necesarios de la vacuna Sputnik V, que concluyeron que la vacuna cumple con las especificaciones del fabricante en términos de calidad del fármaco y es adecuada para su uso en seres humanos», escribió el ministro de Recursos Humanos de Hungría, Miklos Kasler, en su cuenta de Facebook, según la agencia de noticias Sputnik.
Con esta autorización, Sputnik V se convirtió en el cuarto fármaco anticovid aprobado en Hungría después de las vacunas de Pfizer/BioNTech, Moderna y AstraZeneca.
El 2 de febrero la revista científica británica The Lancet publicó los resultados provisionales de la tercera fase del ensayo clínico de la vacuna rusa que confirmaron su seguridad y eficacia del 91,6%. Esto dio un impulso al fármaco hasta ahora desconocido en Europa.
Varios gobiernos hicieron público su interés por la vacuna rusa, pero aún debe ser autorizado por el ente regulador de la UE.
Mientras tanto, los esfuerzos de cada país por frenar los contagios y las muertes en esta segunda ola de la pandemia continúan.
El Gobierno austriaco anunció hoy que intensificará las restricciones en sus fronteras a partir mañana con la presentación obligatoria y sin excepciones de una prueba negativa de coronavirus.
«Los controles fronterizos son una especie de rompeolas para las cadenas de contagios que se están volviendo más peligrosas en este momento debido a las mutaciones del virus», explicó el ministro del Interior, Karl Nehammer.
Así, las inspecciones aleatorias que Austria viene realizando hasta ahora en sus fronteras con Hungría, Eslovenia, Eslovaquia y la República Checa se intensificarán significativamente.
Las personas que regresen de otros países vecinos (como Alemania, Italia, Suiza y Liechtenstein) también estarán sujetas a restricciones fronterizas más estrictas, explicó Nehammer, citado por la agencia de noticias DPA.
También se debe observar una cuarentena de 10 días, y se eliminarán las pruebas de coronavirus gratuitas después de cinco días del arribo de los viajeros, que deberán registrarse en línea y mostrar una prueba de coronavirus negativa semanalmente.
Europa está amenazada ahora por la propagación de la variante británica de coronavirus, y la filial europea de la Organización Mundial de la Salud (OMS) expresó anteayer su preocupación, además de llamar a los países a redoblar las medidas para frenar su expansión.
En ese contexto, las autoridades sanitarias de Portugal, informaron hoy un significativo descenso en el número de fallecidos durante las últimas 24 horas, con 204 muertes, el número más bajo desde el 3 de enero, según el balance publicado por la Dirección General de Salud.
El organismo informó además de 3.508 nuevos casos de coronavirus frente a los 6.132 del día anterior, aunque esta cifra puede ser atribuida al descenso de pruebas que se experimenta durante el fin de semana.
Ya son 765.414 los positivos registrados desde el inicio de la pandemia en Portugal.
Al menos 14.158 personas perdieron la vida víctimas de la Covid-19, mientras que 6.248 pacientes se encuentran internados en hospitales, 865 de ellos en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) del país.
Ante la delicada situación portuguesa, la ministra de Salud española, Carolina Darias, aseguró que está «en contacto directo» con las autoridades de ese país vecino para evaluar las posibles líneas de colaboración para evitar que el sistema sanitario portugués termine en un colapso total de su sistema sanitario.